5.Bye bye Egypt

Las circunstancias han querido que no hayamos pedaleado todo lo que estaba previsto pero tampoco nos flagelamos por ello. Nos llevamos el recuerdo de un pueblo tremendamente hospitalario y amable con nosotros, de unas noches de desierto inolvidables, de unos shais compartidos con todo tipo de gente que nos alegraban el estomago fuera la hora que fuera, de esos personajes que te cruzas en cada viaje, de los conductores, de las sheeshas de sabor a fresa, del arroz con pollo, en definitiva, de cada uno de los kms recorridos en este pais milenario.

Estos dos individuos pasaran a pensar en clave jordana muy pronto.

4.NUWEIBA

Para evitar conflictos burocráticos en otros países islámicos, decidimos subir al ferry que sale desde aquí con destino al puerto jordano de Aqaba. Pero antes de eso, nos apalancamos unos días en la playa a recuperar fuerzas. Despues de varios dias de desierto alegra la vista ver el mar.

Este es nuestro retiro del guerrero, flipamos ver camellos pasando por el agua...

Esta zona, que vivía del turismo judío, está en franca decadencia desde el estallido de la segunda Intifada Palestina. Si a eso añadimos que estamos en febrero, y la feroz competencia del pueblo vecino de Dahab, mucho mas desarrollado,la consecuencia es que somos prácticamente los únicos visitantes de Nuweiba.

Desde la ventana de nuestra cabaña de bambú vemos las montañas de Arabia Saudí. Su dinero no lo olemos.

Esta claro que lo nuestro no es el cine y que jamas nos ganaremos la vida de actorcillos pero ahi va nuestra despedida de Egipto. Los peores corresponsales del mundo para cyclotherapy Telebista

3.SANTA CATALINA - MONTE SINAI

Llegamos hasta el monasterio de Santa Catalina, desde donde comienza la ascensión al monte Sinaí.

En la subida coincidimos con una fauna bastante peculiar de montañeros-beatos (más de lo segundo que de lo primero) y arriba disfrutamos de unas magnificas panorámicas del desierto.

Bajamos de las montañas hacia la costa para disfrutar un poco del mar, ya que si todo va como tiene que ir, no volveremos a verlo en unos cuantos meses.




Este punto de peregrinacion esta ocupado por los cristianos ortodoxos. Nosotros simplemente somos unos humildes montanieros que venimos a disfrutar del paisaje.

2.DESIERTO DEL SINAI

Cruzamos el canal de Suez a la altura de la ciudad de Ismailya. No llevamos ni dos días pedaleando en el desierto, cuando una tormenta de arena nos da la bienvenida. No podia ser de otra forma, el Bentiskas se supera dia a dia. Llega un momento en que es difícil mantener el equilibrio y aunque intentamos protegernos empezamos a comer arena como animales. Hay que salir de allí como sea. No tardamos en encontrar la ayuda de unos trabajadores que nos acercan en su pick-up unos kms. hasta la ciudad de Suez.

Aprovechamos para comentar la gran amabilidad y hospitalidad que nos ha brindado el pueblo egipcio. Shukran.

Esta es la primera foto en ruta. Nadie en su sano juicio apostaria porque estos dos llegasen muy lejos. Es evidente que el abuelo lleva meses preparandose fisicamente para la ocasion. Sabiendo que la birra va a escasear en los paises musulmanes, se ha traido un barril de guinness debajo de la camiseta.



En Suez nos deshacemos de los kilos de arena que llevamos pegados al cuerpo. Mientras nos lamemos las heridas bebiendo shai, conocemos a un antiguo marino al que todavía se le salen los ojos de las órbitas cuando se acuerda de las “putanas” de Bilbo...
Volvemos al ataque hacia el desierto, y esta vez nos muestra un lado más amable. Cada día al caer la noche, plantamos la tienda junto a la de algun beduino, o si vemos un lugar protegido montamos nuestro campamento. Son noches de luna llena, y disfrutamos de hoteles con más estrellas que el Sheraton.

Para no sufrir una insolacion, y al no ser tan previsor como el abuelo, Aitor trata de negociar un panuelo jordano, aunque no a cualquier precio, seguramente esta vez estariamos peleandonos como leones por menos de 50 cts, pero es que se le coge un gustillo a esto de regatear...

1.CAIRO

La capital de Egipto nos recibe con una temperatura que hace tiempo no sentíamos, lo cual es un gran subidón. Pero su saludo también apesta a contaminación y al poco rato nos escuecen los ojos y la garganta.

Dedicamos los primeros días a callejear por este monstruo de más de 20 millones de almas. Una mañana nos acercamos hasta las pirámides, y al ser viernes coincidimos con una marea humana de egipci@s con la misma intención. En la entrada hay avalanchas, pero como el día anterior estuvimos moviéndonos en metro, ya no nos asusta nada.

Aunque está terminantemente prohibido, la peña empieza a trepar por las pirámides como si aquello fuera Port Aventura, los maderos intentan poner orden, pero nadie les hace el menor caso.

Aparte de las visitas de rigor, como las pirámides, o zonas como el Cairo copto, o el Cairo islámico con sus bazares… vemos los vicios locales, y aprovechamos para disfrutar de placeres como el shai y fumar en sheesha.